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A continuación algunas causas/consecuencias de por qué un menor puede adquirir una relación distorsionada con la comida.
- Algunos padres sobreprotectores alimentan en exceso a sus hijos como forma de demostrarles su amor y consolarlos en sus sentimientos, lo que provoca una idea deformada de la cantidad de alimentos que necesitan.
- La obsesión de los padres por estar continuamente vigilando que comen o dejan de comer sus hijos, siendo excesivamente estrictos en su alimentación puede provocar pueden provocar una rebeldía inconciente en el menor, manteniendo en su adolescencia una alimentación contraria a la que sus padres han intentado involucrarle.
- Utilizar la comida como premio o castigo crea en el menor una asociación entre algunos alimentos y emociones causando sensaciones de placer, ingiriendo comida poco sana para canalizar su malestar.
-Intentar que un menor ingiera la misma cantidad de un adulto en las comidas provoca que no haya una regulación de las señales internas del menor en cuanto a hambre – saciedad.
- La falta de tiempo y la economía puede hacer que muchos padres prefieran alimentos muy energéticos para que sus hijos lleven al colegio, provocando una distorsión en las calorías de la dieta diaria y construyendo malos hábitos alimenticios.
- Padres inactivos que el tiempo que deberían dedicar a moverse lo pasan en el auto o viendo televisión, educa niños sedentarios que no ven ningún beneficio a moverse.
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