lunes, 28 de julio de 2008

UN NIÑO GORDO, ¿ES UN NIÑO SANO?


También es válida otra pregunta: un niño gordo, ¿es un niño feliz?
Ante estas dos interrogantes, lo primero que podemos señalar es que estos conceptos están pasados de moda y ahora los padres, aconsejados por el pediatra, tienen un rol primordial en la prevención de la obesidad de sus hijos.
La mayoría de los niños presenta una obesidad simple cuya causa es un desbalance entre sus requerimientos físicos y lo que come.
Son raros los casos de enfermedad secundaria debida a otra condición como hipotiroidismo, genopatía...
Un concepto importante, por el contrario, es que cada organismo tiene requerimientos diferentes, es decir, no todos los niños necesitan comer la misma cantidad. Desconocerlo, en algunos casos, puede fomentar la obesidad.
Otra premisa destacada es que no podemos medir nuestro cariño para con el niño por el estómago. No tanta alegría porque se lo comió todo, ni tampoco ofrecimiento de golosinas porque está llorando...





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